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Radio Universidad Villa Mercedes 97.5 | UNSL

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN LUIS

Docente de la FCEJS investigará en EEEUU el rol de la educación en la democracia

    Cuál es la función social de la educación, cómo influye en la formación ciudadana, la democracia y el apego a las leyes; como también en la posibilidad de desalentar los neofacismos que amenazan la sana convivencia política, son algunos de los ejes centrales del proyecto de investigación del docente de la FCEJS, Juan Manuel Saharrea, seleccionado por el programa Fulbright para desarrollar una estadía doctoral en la Universidad de Texas, Estados Unidos.

    Saharrea cumplió 36 años el 7 de septiembre pasado. Nació en Villa Mercedes, pero estudió y vive actualmente en Córdoba. Es doctor en Filosofía, egresado de la Universidad Nacional de Córdoba, y docente de la cátedra Filosofía del Derecho e Introducción al Derecho, de la carrera de Abogacía en la FCEJS. Desarrollará una estancia doctoral de tres meses, a partir de abril del año próximo, en la Texas A&M University, becado por programa Fulbright, que tiene como propósito incentivar investigaciones académicas que promuevan vínculos entre las naciones.

    En diálogo con Radio de la UNSL en Villa Mercedes contó que su campo de estudio, por el cual surgió la posibilidad de la investigación en el país norteamericano, es la Filosofía Política. Su propuesta de trabajo es analizar la polarización partidaria en Estados Unidos y la Argentina, con sus particularidades; la aparición en ambos países de los neofacismos, fenómeno contemporáneo que también se ha propagado en otros lugares del mundo…, aspectos que aborda desde la perspectiva de la filosofía de la educación.

    Tanto los preparativos para su proyecto, como el trabajo que desarrollará durante la estadía de tres meses en la Universidad de Texas, cuentan con la asesoría académica de Gregory Pappas, “teórico moral muy relevante en la actualidad en Estados Unidos”. Saharrea deberá cumplir con la escritura de dos ensayos, formar parte de un seminario y participar en reuniones con investigadores dedicados al mismo campo de estudio: filosofía de la educación y filosofía política.

    “Esos marcos teóricos están asociados a un autor que es fundamental en mi campo de investigación, que es John Dewey, padre de la democracia estadounidense y que, además, fue un educador que renovó la pedagogía contemporánea e ideó un tipo de educación democrática que fue utilizada, por ejemplo, en el período de posguerra de Alemania para volver a re-educar -como se dijo en aquella época- a una sociedad que venía de la experiencia del nazismo”, indicó.

    Justamente, Saharrea, trabaja autores y pensadores estadounidenses, sobre los cuales –aclaró- existe cierta reticencia en el ámbito de la investigación “…creo que tiene que ver un poco con ese sesgo a todo lo que esté relacionado con los Estados Unidos. Pero al estudiar la filosofía norteamericana pude encontrar allí el cúmulo de contradicciones que hay en cualquier tendencia filosófica, ya sea europea o Latinoamericana”, reveló.

    Esta orientación le permitirá aprovechar al máximo la posibilidad de estudiar a los autores, sus propuestas teóricas y sus metodologías, en el país de origen. “Es la alternativa de encontrarme con las fuentes de primera mano”, señaló. Más aún en temas como los que forman parte de los ejes de su proyecto de investigación.

    “La polarización política es un fenómeno que en los Estados Unidos se da de una forma particular y que acá en la Argentina no se vislumbra como el mismo fenómeno. La idea de la grieta no se da del mismo modo. Ese tipo de singularidades y complejidades me parece que son interesantes para estudiar y que suman mucho. Es decir, no es solamente ir a conocer sino ir a dialogar. La idea de la investigación creo que es eso”, comentó.

    No solo lo académico, que de por sí es una oportunidad única, ya que la estadía de Saharrea se concentrará en una de las principales universidades de Estados Unidos, sino la posibilidad de convivir en un ambiente cultural especial configura lo atractivo de la beca, ya que Texas es uno de los Estados de más multiculturalidad del país norteamericano. “Allí, al sur de Estados Unidos, hay mucho contacto con México y toda su cultura. Eso le da también una particularidad al lugar y al propio ámbito universitario”.

    La idea, remarcó, es “abrevar de todo un aprendizaje para, después, aplicar los resultados en el país de origen. Ese es el propósito de las becas”.

    – ¿Cuál es la importancia de la educación en los temas que forman parte del proyecto de investigación?

    Dewey (John Dewey 1859 – 1952, filósofo, pedagogo y psicólogo norteamericano) fue muy consciente en aquella época que la democracia no florece de una planta, sino que es necesario generar condiciones para la consolidación de una sociedad democrática. Y el desafío principal está en la escolarización, no solo en las bases más altas de la educación, sino a partir de los primeros años de escolarización, que es donde el Estado tiene que garantizar, como función social, la educación democrática.

    Y eso tiene que ver con políticas concretas, en este caso, la educación es una de las principales.

    En la actualidad, la gran pregunta en el ámbito de la filosofía de la educación es cómo abordar la crisis de la democracia. Vivimos una crisis de la democracia a nivel global que tiene que ver con el descontento a nivel público, a la imposibilidad de generar un espacio público nutritivo donde podamos compartir ideas, que surjan soluciones inteligentes a nivel colectivo.

    Por otra parte, hay crisis a nivel estructural que tiene que ver con las respuestas de los gobiernos democráticos a las crisis de la vivienda, de la pobreza, del cuidado del ambiente… Entonces es muy interesante desde la filosofía de la educación dar respuestas a estas temáticas.

    El tema del proyecto de investigación es la polarización política. En general hay una tendencia a calificar todos los asuntos, políticos o no, a través de una mirada partidaria. Entonces, llegamos al absurdo de juzgar a una persona por cómo se viste, o cómo opina en función de qué partido político pertenece.

    Hay un nivel de sobrepolitización o sobrepartidización que hace que no exista la posibilidad de considerar, de analizar otras opiniones.

    Mi trabajo es desde la filosofía de la educación para interrogarnos sobre: cómo hacemos para tratar de desalentar ese tipo de prácticas a través de la educación. Tiene que ver con la formación cívica, si se quiere, en el viejo sentido.

    Pasa muchas veces que cuando pedimos que la gente vote, pensamos que hay un votante sumamente formado que sabe de filosofía política, de constitucionalismo. Y en general, los desafíos de la escuela van en otro sentido.

    La pregunta es cómo hacemos para generar una currícula interesante, de manera tal que a los ciudadanos, de acá a 15 años, le podamos reclamar esos conocimientos. Y la filosofía de la educación es la disciplina que se encarga de estudiar la justificación del currículo, los fines sociales de la educación y también el método educacional. Es un combo bastante ambicioso. Esa es mi disciplina.

    Hay una disciplina secundaria que, en mi caso, es la filosofía del derecho. Los vínculos entre la democracia y educación, y la democracia y ley están muy entrelazados. En la actualidad, la pregunta es cuál es el rol de la ley para poder garantizar la democracia. Porque también la ley es una de las prácticas sociales que está en cuestión. De hecho, uno de los organismos más desacreditados en la Argentina, según una encuesta de la Universidad de San Andrés, es la Corte Suprema.

    Entonces, teniendo en cuenta este tipo de datos, hay un doble problema. Por un lado, es interesante criticar la ley, pero por el otro si no tenemos un respeto por la ley o no comprendemos la función de la ley, también estamos en un problema.

    Particularmente, en la Argentina no es casual que el candidato que ganó las PASO haya planteado como consigna principal el anarquismo, que es la idea de toda ausencia de la ley, que es justamente un principio de ordenamiento social que, en el mejor de los mundos posibles, organiza, regula y también puede servir como una herramienta negativa en el caso de que haya discrecionalidades.

    – ¿Es posible analizar comparativamente la polarización en Estados Unidos, donde existe un bipartidismo de convivencia histórico, con la Argentina. Y donde también la ley forma parte fundacional de la nación?

    Es cierto que existe el bipartidismo en Estados Unidos. Decían que se quebró con Donald Trump, pero en realidad no se quebró en absoluto porque formó parte del ala republicana y trató siempre de mantenerse como una figura central del partido e incluso sigue disputando ese papel ahora. El bipartidismo en ese caso también va asociado a una serie de valores y formas de vida puestos bien en blanco sobre negro, lo que blanquea ciertas opciones que son interesantes y continúa así en un principio de convivencia.

    Es cierto también que hay un voto Trump, muy radicalizado, que son comportamientos a combatir, en el buen sentido de la palabra. Es decir, pensar en el por qué se llega a esos estados: si no gana mi candidato, entonces hicieron trampa. A mi juicio, esa es una pregunta filosófica.

    En cuanto a la ley, hay una pregunta interesante que siempre vemos con los alumnos. Hay una suerte de sociología jurídica que aquí en la Argentina la supo consagrar muy bien Carlos Nino en su libro “Un país al margen de la ley”, donde hablaba de la “anomia boba” como una característica muy argentina, donde tendemos a relativizar “todo se puede hacer de otro modo”. Eso no es algo que pudiéramos condenar. Hay una idiosincrasia nuestra: poder siempre mirar las cosas de otro modo. No obedecer a veces está bueno, ya que desobedecer ha sido el motor de cambio de muchas comunidades en un sentido positivo.

    Ahora, hay un momento en el cual es necesario obedecer. Cuando te para el policía y hay que darle el documento, cuando estás en un aeropuerto o es necesario que ocurra esa identificación. Cuando atenerse a la norma es lo más racional, lo más democrático de hacer.

    Así como a veces hay que resistir la ley porque es sumamente injusta, también hay que entender que la ley tiene un sentido regulador, no es siempre represora

    Creo que ese tema es una disputa que hay que dar, porque qué es lo que se ve en nuestro país: saltearse una ley muchas veces no tiene una penalidad, o la tiene para quienes no cuentan con cierta solvencia o condiciones económicas favorables. Por ejemplo, los supermercados suben los precios por encima de los ordenamientos del Estado y no pasa nada. Sin embargo, cuando un vecino no paga la luz, se la cortan. Eso habla de un tipo de sociedad que es la nuestra, para bien o para mal, creo que tiene esta conducta.

    Aquí podemos hablar de fenómenos comparativos. Chile es sumamente obediente. Nuestra historia tiene una sucesión de acontecimientos que son más bien desobedientes, pero por eso mismo no hay segmentación social, existe mayor margen de circulación. Algo que no pasa en otras sociedades donde la ley es sumamente estricta.

    Por todo eso será interesante la experiencia en Texas.