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Radio Universidad Villa Mercedes 97.5 | UNSL

UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN LUIS

A 40 años de una histórica y emblemática movilización estudiantil que dejó profundas huellas

    En septiembre de 1983, estudiantes de la entonces Facultad de Ingeniería y Administración, de la UNSL, protagonizaron una histórica protesta contra la arancelación universitaria, los cupos para ingresos y otras medidas restrictivas impuestas durante la dictadura en los estudios superiores. Como la respuesta de las autoridades interventoras de la UNSL fue el cierre del año académico, la lucha se endureció y se amplió con el apoyo de la comunidad. La movilización no solo logró la reapertura de las clases, sino que consiguió sus objetivos esenciales, trascendió los límites de la provincia y se convirtió en un emblema de compromiso y defensa por la nueva universidad libre, gratuita e inclusiva que se abría paso en un país que iba camino a recuperar la democracia.

    Las crónicas de la época titularon los hechos como un “segundo nacimiento” de los estudios universitarios en Villa Mercedes (con relación a la génesis de la UNSL en 1973 fruto, en gran parte, de una gran movilización popular mercedina) al dimensionar la importancia que tuvo la lucha y sus logros para los estudiantes en particular, pero también para la comunidad en general.

    Todo empezó cuando el miércoles 7 de septiembre de 1983 los estudiantes, representados por quienes se perfilaban para integrar el Centro de Estudiantes Universitarios Mercedes (CEUM), entregaron un petitorio al decano interventor de la Facultad, David Rodrigo, para solicitarle, entre otros puntos, la derogación de los aranceles, la eliminación de los cupos y un espacio para las actividades del CEUM.

    Ante la falta de respuestas, los jóvenes tomaron la decisión de empezar con medidas de fuerza. Entre ellas, permanecer reunidos en las puertas de la facultad, por entonces con sede en la avenida 25 de Mayo, una decisión que mantuvieron con firmeza pese a los 4° grados bajo cero que soportaron durante la noche y la madrugada del jueves 8 de septiembre. Ese día, además, conocieron otra medida que exasperó aún más los ánimos.

    Desde el rectorado de la UNSL, entonces a cargo de Jenis Cardoso Biritos, con la anuencia del vicerrector, Rodolfo Gerardo Acevedo, el secretario general de la Universidad, Ing. Sánchez, el decano Rodrigo y los demás decanos de otras facultades, redactaron y aprobaron la resolución N° 522, por la cual resolvieron la “clausura del año académico” de la Facultad de Ingeniería y Administración. En sus fundamentos, las autoridades señalaron que tal decisión se tomó por el petitorio presentado y por la intransigencia de los estudiantes.

    La medida rectoral, que implicaba la clausura de los estudios universitarios en Villa Mercedes, provocó aún más adhesiones a la movilización de los estudiantes que, de manera masiva, se plegaron a la protesta. Generó, además, el apoyo de prácticamente todos los sectores de la comunidad a la lucha: instituciones, comercio, industria y partidos políticos se adhirieron activamente en respaldo a las consignas de los jóvenes, que de esa manera continuaron con firmeza en la protesta.

    En la madrugada del viernes 9 de septiembre, luego de una reunión entre las partes, es decir estudiantes y autoridades de la universidad, se llegó a un principio de acuerdo que destrabó el conflicto. El rectorado decidió emitir otra resolución, la 523, por la cual derogó la anterior, la 522, y accedió a los puntos principales del petitorio. Ante tal logro, el CEUM levantó las medidas de protesta y desde el lunes 12 se retomaron las actividades académicas en la facultad.

    El acuerdo representó el triunfo de la lucha. Para quienes vivieron desde el interior esos días de movilización y reclamos, los logros fueron históricos y sus protagonistas fueron los estudiantes en conjunto: “No hubo un líder único, sino que fuimos los estudiantes de manera masiva, pero organizados. Es como si hubiese sido una enorme asamblea que se autodefinió en contra de los aranceles y por ello marchó”.

    Quien recuerda así esos momentos es Sergio Osorio, ingeniero graduado de la FICES. En los días de las históricas movilizaciones era estudiante y tuvo la responsabilidad “y la suerte” -aclara- de conducir el CEUM por la agrupación Franja Morada, luego de las primeras elecciones.

    “Rememorar aquel acontecimiento es complejo, aún para darle un marco sintético. Porque fue algo que, de alguna manera, trascendió los límites no solo de nuestra facultad, de nuestra universidad, sino que fue un hecho, un hito, que se comentó, que se analizó en todo el movimiento universitario de aquellos tiempos”, rescató.

    Quienes recién ingresaban a estudiar a la Facultad de Ingeniería y Administración rescatan el protagonismo de los “más avanzados”, los “cabecillas” de esas luchas. Mencionan, entre otros, a Sergio Osorio y Luis Cadus… Aunque, uno de los mencionados, Osorio, aclara que los reclamos de septiembre de 1983 no tuvo protagonistas únicos, sino que fueron los estudiantes en su conjunto los que encabezaron los las protestas y lograron revertir las medidas restrictivas impuestas por las autoridades interventoras de la UNSL.

    Algunos estudiantes que participaron de las protestas de septiembre de 1983 no solo egresaron en la facultad, sino que luego cumplieron funciones de relevancia en el ámbito de la UNSL.

    El vicerrector de la UNSL, Héctor Flores, que por ese entonces estaba en 2° de la carrera Licenciatura en Administración, y participó de la organización de esta gesta, sostuvo: “Rescato ese hecho como un segundo nacimiento de la Facultad, fundamentalmente porque la comunidad volvió a demostrar su tremenda vocación en defensa de la educación universitaria”.

    La actual decana de la FCEJS, Roxana Camiletti, era en septiembre de 1983 una de las estudiantes que había ingresado a la Facultad pero que inmediatamente se sumó a los reclamos y protestas por cuestiones que consideraba justas: “Recuerdo que el reclamo básico era por el arancelamiento de ese momento y todos los estudiantes nos pusimos de acuerdo en mostrarnos en contra de esa restricción. Pero quien era la autoridad de la Facultad, ante el pedido de terminar con los aranceles, decidió poner fin al segundo cuatrimestre”, relató.

    El ex vicedecano de la FCEJS y actual director del departamento de Ciencias Sociales, Esteban Arias era estudiante de 1° año de la Licenciatura en Administración en septiembre de 1983 “como recién ingresado a la universidad tuve una participación no tan directa, pero sí de apoyo a los reclamos y las protestas por el fin del arancelamiento, los cupos y otras medidas que considerábamos injustas”, comentó.

    Daniel Morán, ex decano de la FICA y actualmente docente universitario, rememoró los acontecimientos: “Recuerdo que estábamos esperando la democracia, en diciembre asumía Raúl Alfonsín. Habíamos empezado a reunirnos pensando en crear un Centro de Estudiantes. Estábamos en contra de los aranceles para estudiar, más por la simbología que por el arancel en sí mismo. Decidimos hacer un petitorio con dos puntos fundamentales: eliminación del arancel y un lugar para el futuro CEUM”.

     “No fue un hecho casual”

    Explicó Osorio que la decisión de protestar contra el arancelamiento “no fue un hecho casual, un acción que vino del cielo por gracia divina. En aquel momento, a pesar de lo pequeño que era considerada en todo ámbito universitario nacional nuestra facultad, tuvo la suerte, si es que cabe ese término, de contar con unos dirigentes estudiantiles brillantes”.

    Tanto Osorio como otros testimonios coinciden al momento de recordar a esa dirigencia estudiantil que se destacó por su capacidad, su concepción ideológica y su compromiso. “Entonces, ese hecho de protestar contra el arancelamiento fue algo que se concibió y maduró rápidamente. Los dirigentes estudiantiles que conformábamos el Centro de Estudiantes Universitarios Mercedinos fuimos el marco, pero el caldo de la concepción ideológica de la universidad reformista y de luchar contra el arancelamiento se venía gestando y hablando en cada uno de nosotros y en cada una de las reuniones informales que había en aquel tiempo”.

    Para el ex presidente del CEM las jornadas que lograron el fin del arancelamiento y de otras restricciones que venían de la dictadura marcaron un hito en la historia de la facultad. “Para mí, personalmente, fue también un desafío, porque después de aquella protesta y de las elecciones de los estudiantes, me tocó conducir el CEUM con la Franja Morada, que gana las votaciones. Fue una responsabilidad que obligaba a nuestra conducción a estar a la altura, a no renunciar a las consignas de aquellas marchas, a la universidad que se gestó con los compañeros que participamos en esa protesta”.

    A 40 años, lo que más rescata Osorio es la capacidad de decenas de dirigentes universitarios “que estuvieron a la altura y pudieron encausar, sin ningún nombre propio, aquellas marchas… No hubo necesidad de que ningún dirigente político tuviese que tomar nuestras banderas, ni organizarnos. Eso es lo que fundamentalmente rescato a través del tiempo “

    “Y es a partir de ese núcleo de estudiantes de donde yo creo que nuestra facultad se hace mucho más importante dentro de la UNSL. Es decir, no solo porque estamos en Villa Mercedes y representamos a una ciudad, sino porque el peso específico propio de nuestra facultad empezó a tomar decisiones de importancia y empezó a ser consultada en todo momento en la misma UNSL”, añadió.